jueves, 28 de agosto de 2014

UN DÍA COMO HOY EN LA VIDA DE MICHAEL JACKSON

Por: ♥Anaitat♥

Resumen de algunos hechos suscitados en agosto en la vida de Michael:

╚►Durante su estancia en Alemania con motivo de la celebración de sus conciertos de la gira Dangerous, se le entrega a Michael un cheque para su fundación Heal The World en representación de la serie infantil de televisión “Bim Bam Bino". El cheque fue entregado por dos muñecos y cinco niños.


╚►Heal The World Foundation y Pepsi Tailandia (Pepsi patrocinaba la gira de conciertos Dangerous) se donan 40 mil dólares a la fundación benéfica de la Princesa Maha Chakri Sirindhorn, la Escuela Rural para Niños y el Fondo de Desarrollo para la Juventud, para que los niños de las zonas rurales de Tailandia pudieran comer en las escuelas.

╚►En colaboración con Pepsi Cola Internacional, Heal the world dona nuevas ambulancias para un centro infantil (el Contacts One Independent Living Center for Children) de Moscú, Rusia, y para el Hospital de Niños Dr. Ricardo Gutiérrez de Buenos Aires, Argentina. 
╚►Con motivo del evento Jack "The Rapper" Awards, Michael es galardonado con el premio “Nuestros niños, nuestra esperanza para el mañana”, y en su honor, en el futuro le pondrán su nombre a dicho premio. Michael no acudió a la gala pero envió un mensaje. Jack "The Rapper" Gibson fue el considerado pionero de la radio de música negra. Durante los años 60, colaboró con Berry Gordy para promocionar en su emisora a los artistas de la Motown. 

╚►Michael lanza un mensaje grabado en video como muestra de apoyo a las víctimas de las graves inundaciones del río Elba en Alemania, que causaron daños estimados en miles de millones, cientos de miles de personas evacuadas, miles de casas destruidas o inhabitables, y varias personas fallecidas. En el mensaje, expresó su preocupación y condolencias a las víctimas: "A la gente de Alemania: Os envío mi más profunda preocupación, mis condolencias más profundas y sentidas. No estáis solos, estoy aquí en espíritu con vosotros y estáis en mis oraciones. Recordad: Dios está con vosotros. Mantened la fe. Todo mi amor y cariño. Os quiero para siempre. Gracias"

MICHAEL JACKSON Y SU CAPACIDAD DE ABSORBERNOS A TODOS

Por: ♥Anaitat♥

Pues que Michael Jackson lo era si admitimos; lo que por ello entiende Harold Bloom: esa capacidad de absorbernos a todos, de atraer nuestra atención que sólo consiguen las personalidades extraordinarias. ¿Qué lo hizo posible? El espíritu, por así decirlo, de una época dominada por la omnipresencia de la sonoridad, la tiranía de los medios de comunicación, el irrefrenable prurito del espectáculo, el ethos decadente de una cultura de masas. 

Dentro de esos confines, floreció el genio de Jackson, hecho de extravagancia, canciones pegajosas, sorprendentes pasos de baile, y coreografías deslumbrantes, a menudo marcadas por una inclinación estética siniestra, como una paráfrasis del mal, como un ritual perpetrado en las sombras, en el espacio lúgubre de los cementerios, en la sordidez de lo marginal.
Nació en Gary, Indiana, una ciudad ubicada en el sudeste del área metropolitana de Chicago, cuna de otras famas: el gran actor Karl Malden, Paul Samuelson, premio Nobel de economía… Su familia, modesta y numerosa. Su intriga vital la conoce el mundo: el padre abusivo; el descollante talento del niño, luminaria de los Jackson Five; su evolución como solista en plena adolescencia, el descomunal éxito de thriller (1982), la fortuna amasada por conciertos y venta de copias discográficas —750 millones a lo largo de su carrera—. Un lugar común: la creación de una imagen basada en el rechazo de su natural condición, eco de una sociedad democrática y al propio tiempo racista. Michael despigmenta progresivamente su piel, levanta sus pómulos, divide su mentón, afina su nariz; en fin, parodia los arquetipos de belleza occidental y andrógina. El esperpento que resulta de esa metamorfosis psicopática reúne, en su esbeltez, hombre y mujer, adulto y niño.

En un mundo regido por la ambigüedad y la apariencia, Jackson fascina con su espectáculo y confunde con su personaje; sus giros vertiginosos alelan al mundo que pasa por alto sus abusos sexuales, su acaso explicable pederastia, pues se trata de él, del rey del pop, del único, de la deidad mayor de la farándula, alimento de la masa vacua. La indulgencia colectiva encuentra su límite en el chantaje de los padres de los niños supuestamente agredidos, hipócritas que bien saben lo que se fragua en el Neverland de más de mil hectáreas, fantasía pueril del dios oscuro, evocadora del reino donde Peter Pan perpetra sus travesuras. Una utopía personal, a la medida de sus caudales.
 ¿Su inmenso Narciso, entre lo seductor y lo repelente, le hace creer en su impunidad? El genio se extravía en el espejismo de su grandeza. Como un Gilles de Reus de estas horas, se topa con el juicio que lo estigmatiza: la transgresión deviene en la feria de las humillaciones; su sexualidad decreta su ruina; sus caprichos atraen la bancarrota moral y financiera. Nada parece redimirlo, ni siquiera sus obras pías. USA for Africa se antoja, como otros gestos filantrópicos, una reparación de sus desvíos, un ademán humanitario desplegado a distancia, inmune al sufrimiento de los otros, los tullidos del mundo. Acaso abochornado por el acoso moralizante, se ausenta durante años. Además, la edad se le viene encima.

Quien lo tuvo todo, según los patrones convencionales de la dicha, muy poco puede gozar. La soltura que exigen sus movimientos, su deslumbrante moonwalk, lo obligan a inhumanas privaciones, a una mortífera anorexia: cuando fallece, aquel hombre que mide 1.78 sólo pesa cincuenta kilos. Jackson corrió la misma suerte de Elvis Presley y Jim Morrison, ídolos también de las multitudes frenéticas. Un vientre convertido en frasco de medicamentos.
Las sociedades, las épocas, transpiran sus genios, explican sus contornos, pero su explosión íntima, su sustancia, será siempre un enigma. Pensemos que el pop, el rhythm and blues, el hard rock, no aparecieron con Michael Jackson, ni las puestas en escena de las coreografías que ornamentaban su presencia arrebatadora, ni el frenesí de las masas. 

El cauce de ese estilo sonoro fue abierto por otros; detrás de él están también el teatro musical, la contagiosa sensibilidad afroamericana, el poder expansivo de los medios de comunicación, la astucia de los vendedores; cercano a él, la opulencia jazzística de Quincy Jones. Pero Jackson aportó lo suyo: sus dones gestuales, la inverosímil energía, la originalidad de sus máscaras que exhiben y ocultan un personaje extrovertido y auténtico en el tablado cuando canta, baila, aúlla; engañoso y tímido en su ethos personal; lo que comunica es verdadero, emana de un cuerpo y un alma nacidos para desatar, a falta de felicidad, la euforia colectiva; pero envuelto en el remolino de los prejuicios se vació de sí mismo y al mundo le hizo creer lo que no era. Digo en presente lo que quedará: su verdad escénica; en pasado, lo que el tiempo habrá de olvidar: el anecdotario de sus imposturas; los hijos no llevan su sangre ni las mujeres fueron suyas. We’re children needing other children, canta Barbra Streisand en Funny Girl, ante un Omar Sharif pasmado por su encanto. El erotismo es un misterio y, a veces, una enternecedora fatalidad trágica.

El epílogo fue apoteósico, como sus apariciones. Ante su féretro de bronce bañado de oro, cubierto con un manto de rosas y de perdón, celebridades de la música estadounidense lo despidieron con ditirambos y canciones. Brillaron la “unidad familiar”, la elegancia, el sincero duelo de millones de seguidores y el fantasma de Chaplin cuya canción Smile fue la favorita del dios que se ha ido; canción de un clown perfecto: Smile though your heart is aching; canción que resume tal vez la vida de quien llevó como un fardo sus designios, mixtura de sonrisa y sufrimiento.

CRÉDITOS: NoticiasDeQueretaro 

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