lunes, 26 de octubre de 2015

MI AMIGO MICHAEL: CAPÍTULO Nº 2 (CONTINUACIÓN)

Por: ♥Anaitat♥

La entrada a la mansión de estilo Tudor estaba llena de cuadros y estatuas. Unas alfombras rojas de lo más elegantes cubrían el suelo de madera doble reluciente. Gail, el administrador de la casa, nos guió por su interior.
(…) Más de la descripción de Neverland la fui omitiendo porque ya es de conocimiento.
Cuando vimos a Michael, parecía contrariado por tener que asistir a la entrega de premios la misma noche de nuestra llegada, y nos dijo que para no dejarnos solos con los de seguridad como única compañía, había invitado a uno de sus primos para que se quedara con nosotros (Michael dicho sea de paso llamaba primo a todo aquel que fuera cercano a él) como si él quisiera estar reunido de una gran familia. Aquel primo resultó ser un muchacho de más o menos mi edad que se llamaba Jordy Chandler.
Me acerqué y le di la mano; me pareció agradable. No era la primera vez que conocía a un chico a través de Michael. La familia Jordy al igual, que la mía eran de las tantas familias que contaban con la amistad de Michael, aunque la nuestra era la única a la que Michael  llamaba “Mi segunda familia”.
Los Cascio éramos una familia numerosa y aceptábamos con agrado a los amigos de Michael. Siempre había lugar para más. A mi parecer Jordy y su familia eran agradables, personas normales y corrientes.
La ceremonia de entrega de premios American Music Awards 1993 se celebraba aquella noche y Michael iba a recibir un premio inédito hasta la fecha al mejor artista internacional de modo que en lugar de acercarnos al rancho, nos llevó a un apartamento secreto llamado “El escondite” que Michael mantenía en el barrio de Century City.
“El escondite” era un apartamento de 3 plantas, una especie de Neverland en miniatura. En una planta habían juegos, en las paredes estaban los ídolos de Michael – Los tres chiflados; Charlot, el gordo y el flaco – e imágenes de los personajes de Disney. Como es natural también había música de fondo. A Michael le encantaba oír música donde quiera que estuviera.
Aquella tarde, poco antes de salir, Michael se volvió hacia mí y me preguntó:
- Applehead ¿Qué te parece que me ponga para la ceremonia?
Habíamos visto un episodio de los 3 Chiflados, en el que Curly o Moe llamaba “Applehead” a alguien. A partir de entonces, nos llamábamos Applehead el uno al otro y a todo el mundo. Éramos el club applehead.
Inspeccioné el armario de Michael y saqué una camiseta blanca de pico, unos pantalones negros, unas botas y una chaqueta que había usado en una sesión fotográfica para el vídeo de Remember the time. Cuando salió de casa vestido con el conjunto que yo le había escogido, sonreí satisfecho. No había cambiado en absoluto.
Tras la partida de Michael, Eddie, Jordy y yo nos quedamos solos, dispuestos a divertirnos, lo que no era difícil, dada la sala de juegos que teníamos a nuestra disposición. Hice buenas migas con Jordy, al que le gustaban los enigmas y las ciencias y a mí me parecía interesante. Cuando nos cansamos de los juegos, nos asomamos al balcón y tiramos globos de agua a los autos aparcados. Nos divertimos un rato hasta que Jordy empezó a jugar con un tirachinas. No sé qué puso de proyectil, pero definitivamente no era un globo de agua porque cuando me quise dar cuenta, aquello había golpeado contra una de las ventanillas de los coches y la rompió.
Rayos. Nos agachamos de prisa para que no nos vieran y nos metimos de nuevo reptando el apartamento. A los de seguridad no les dijimos nada. El pobre Jordy se puso muy nervioso. Andaba de un lado a otro aterrorizado porque la policía se enterara o Michael se molestara-
- No pasa nada – Intenté calmarlo (…)
Cuando Michael llegó más tarde y estábamos todos juntos, le contamos con sinceridad lo que había pasado.
- Están todos bien? ¿Alguien se ha hecho daño? Preguntó Michael. Le dijimos que estábamos bien, pero del coche no podíamos decir lo mismo, no se enfadó. Lo único que dijo fue:
- Vamos a ver si el coche sigue en el mismo sitio. Si está le contaremos al dueño lo sucedido y buscaremos la manera de ponerle una nueva ventanilla al coche.
Nos asomamos al balcón para mirar, pero el coche hacia rato que se había ido y no se habló más del asunto.
Aquella noche, Jordy, mi hermano y yo pusimos un saco de dormir en el suelo, vimos películas y nos quedamos dormidos. Salvando la gracia de los tirachinas. Jordy era un chico muy afable que se parecía mucho a mí. Jamás advertí nada raro ni alarmante en su relación con Michael.
Al día siguiente Michael nos llevó a Disneylandia. Fuimos con Jordy y su madre. Que se llamaba June y con su hermana. Yo nunca había estado en Disneylandia, pero era evidente que en vista del anfitrión que teníamos, nos dispensaron un trato VIP. No hicimos una sola cola para las atracciones.
Como es natural a Michael lo reconocieron todos los que estaban en el parque. No intentó disimular su identidad en ningún momento. Es más iba vestido con su conjunto habitual: gafas de sol, camisa roja de pana, pantalones negros y mocasines negros. Así vestía casi todos los días. Con los años, cuando lo fui conociendo mejor, le gastaba bromas respecto a su vestuario. Michael abría el armario que era un mar de camisas rojas y pantalones negros y decía:
- Hummm haber qué me pongo hoy. Podría ser una camisa roja y unos pantalones negros. Y quizá un sombrero fieltro para variar un poco.
- Tengo una idea le contestaba yo - ¿Por qué no haces una locura y te pones algo absolutamente distinto?
Entonces sacaba otra clase de camisa roja y otro pantalón de los que llevaba siempre.

Continuará...
Primeras partes: (1) (2) (3) (4) (5) (6)  

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